Prepárate a descubrir 10 películas de amor basadas en hechos reales… tan inverosímiles que parecen falsos. Parejas con amnesia, romances entre ricos y pobres, amores más fuertes que la más terrible enfermedad: mucho de lo que has visto en una pantalla, pensando que no podía pasar en la vida real, ha pasado de verdad. Con medio Hollywood interesándose por el obispo de Solsona, y antes de que hagan una película sobre el caso, aquí tienes las 10 mejores películas de amor basadas en hechos reales (por increíble que parezca).

1 / «Todos los días de mi vida»: amor olvidado

En «Todos los días de mi vida», Chaning Tatum y Rachel McAdams son una joven pareja de enamorados que acaban de casarse. Pero justo en la plenitud de su amor, sufren un accidente de coche… y ella pierde la memoria. Por completo. ¡Ni siquiera reconoce a su esposo! A partir de entonces, y lejos de desanimarse, el guapo Chaning pondrá todo su empeño en reconquistarla. Igual que el caso del obispo de Solsona, parece el argumento de una de las 25 mejores novelas turcas, ¿verdad? Pero no: es un caso real.

Tráiler de «Todos los días de mi vida».

El 24 de noviembre de 1993, los casi recién casados Krickitt y Kim Carpenter viajaban en su Ford Escort blanco para reunirse con la familia por el día de Acción de Gracias, cuando sufrieron un terrible accidente de coche. Al salir del coma, el joven Krickitt había olvidado los últimos 18 meses de su vida, incluido su romance con Kim y su propia boda. Pero aún así, el amor triunfó ante la adversidad, igual que en la película… salvo por 3 pequeñas diferencias.

La primera es que, en la vida real, los Carpenter son devotos cristianos que se refugiaron en su fé para mantener la entereza ante su desoladora situación. La película ignora por completo el lado religioso, y eso a los Carpenter, válgame Dios, no les hizo ninguna gracia. La segunda es que los auténticos Krickitt y Kim Carpenter son, cómo decirlo, más feos que Chaning Tatum y Rachel McAdams. Es la magia del cine, que todo lo embellece.

La tercera diferencia es que en la vida real, por desgracia, no siempre triunfa el amor. Desde el 2 de noviembre de 2018 los Carpenter están divorciados. Por lo visto, el ex-amnésico Krickitt Carpenter había sido infiel a su esposa con varias mujeres. Lo que parece indicar que las artes de seducción no estaban entre las cosas que olvidó. Oh My God.

2 / «El diario de Noah»: amor recordado

«El diario de Noah» es quizá la más popular de todas las películas de amor de las últimas décadas. Su protagonista, Allie, llega a la tercera edad enferma de Alzheimer. Pero su entregado marido, Noah, la acompaña en todo momento leyéndole un libro. Es su propio diario, el diario de Noah, en el que narra la romántica historia de la pareja, para que ella no la olvide. El film, con Ryan Gosling y (otra vez) Rachel McAdams, se basa en una popularísima novela de Nicholas Sparks, y tiene todo el almíbar que se puede esperar de un relato como éste.

Con la salvedad de que, por increíble que parezca, la historia de Allie y Noah es una historia real.

Tráiler de «El diario de Noah».

Para escribir su libro, Nicholas Sparks se inspiró en la verdadera historia de sus suegros, que combatieron el Alzheimer leyendo sus propios diarios. Fue la tercera novela que Sparks escribió pero la primera que publicó, y su enorme éxito hizo que se hayan rodado ya 11 películas basadas en sus libros. La otras 10 no nos consta que inspiren en historias reales. Pero sí está claro que sus pósters han surgido de la misma inspiración. Observad:

3 / «La joven Jane Austen»: amor literario

Como indica su título, «La joven Jane Austen» narra los años de juventud de la autora de «Orgullo y prejuicio» y «Sentido sensibilidad». Lo hace pretendiendo ajustarse a la realidad, con el característico sello de «inspirada en hechos reales». Y ciertamente la joven Jane Austen conoció, como en la película, a un tal Tom LeFroy, y está documentado que él se enamoró de Jane. Otra cosa, como ya hemos visto que suele pasar en las películas de amor, es que los auténticos Jane y Tom fueran tan atractivos como Anne Hathaway y James McAvoy.

Tráiler de «La joven Jane Austen».

Pero ése no es el único detalle de esta película en que podríamos cambiar «inspirada» por «imaginada». Y es que, en la vida real, Tom LeFroy pasó en compañía de Jane Austen poco menos de un mes. Tras aquel primer encuentro, no volvieron a verse nunca más. Y no consta por ningún lado que Jane sintiera una pulsión especialmente intensa hacia él.

Él sí reconoció, en su madurez, que había sentido algo hacia ella, pero lo calificó de «romance infantil». Y como eso no cubre los objetivos de las películas de amor, en «La joven Jane Austen» prefirieron añadir cosas. Como, por ejemplo, unas alzas de 7 centímetros en los pies de James McAvoy, porque en la vida real es bastante más bajito que Anne Hathaway…

4 / «Come, reza, ama»: amor gastronómico

Liz Gilbert sentía un gran vacío en su vida. En un estado anímico en el que otros nos habríamos puesto a hacer «running», ella rompió con su marido, se fue a Bali, conoció en Oriente a un atractivo portugués y escribió un libro contando su vida. Ese libro se convirtió enseguida en uno de los favoritos de Oprah Winfrey (quizá porque ella también piensa que todos nos podemos ir a Bali cuando estamos de bajón) y rodaron una película con Julia Roberts y Javier Bardem, que tuvo mucho éxito. Se titula «Come, reza, ama», y todo lo que se ve en ella, aunque nos choque, es (básicamente) cierto.

Tráiler de «Come, reza, ama».

En la vida real, el atractivo portugués se llama José y es 15 años mayor que Liz; en la película, a ese personaje lo llamaron Felipe, quizá porque suena a «felicidad», y no les importó que Javier Bardem tenga la misma edad que Julia Roberts. En cambio, a los espectadores brasileños sí les importó que el acento portugués de Bardem deje bastante que desear.

Pero lo más curioso es que, en 2018, Liz se divorció de José para casarse con una mujer a la que conocía desde hacía 15 años, y que tenía un cáncer terminal. Podría decirse que, en este caso, el amor sí triunfó, ¡pero no como en la película! Y está claro que la historia de Liz Gilbert da para varias películas de amor.

5 / «Colonia»: amor al rescate

Poca broma con «Colonia»: esta película se basa en el estremecedor caso real de la secta destructiva «Colonia Dignidad», fundada en Chile por ciudadanos de origen alemán, y en cuyo seno se cometieron asesinatos, torturas, violaciones, actos de pedofilia y todo aquello que se le pasó por la cabeza a su diabólico líder, Paul Schäfer. También hubo secuestros, y ahí es donde entra la historia de amor: el personaje de Daniel Brühl es secuestrado por la secta, y su novia, encarnada por Emma Watson, entra en la «Colonia Dignidad» para rescatarle.

Tráiler de «Colonia».

Cuenta Emma Watson que quiso rodar esta película porque, por una vez, es la chica la que rescataba al chico, y no al revés. Su historia tiene, en la pantalla, todos añadidos y retoques característicos de las películas de amor. Pero por desgracia, todo lo demás es dolorosamente real.

La «Colonia Dignidad» colaboró, como en el film, con el alzamiento militar de Augusto Pinochet. Funcionó, a efectos prácticos, como campo de concentación, centro de detención y tortura, y escuela para comandos paramilitares. Y el auténtico Paul Schäfer, encarnado por el sueco Michael Nyqvist, no era en la realidad menos diábolico que en la ficción. Era, en todo caso, más diabólico todavía.

6 / «50 primeras citas»: amor repetido

«50 primeras citas» es la más taquillera de las tres comedias protagonizadas por Adam Sandler y Drew Barrymore. Y es también, en cierto modo, la versión romántica de «Memento». Porque, como el personaje principal de la película de Christopher Nolan, Drew Barrymore sufre amnesia anterógrada: no puede generar recuerdos nuevos. Eso hace que Adam Sandler tenga que enamorarla cada día, porque ella no logra recordar lo que ha vivido el día anterior. Y fácilmente podríamos pensar que eso no puede pasar en la vida real.

Pero sí que ha pasado.

Tráiler de «50 primeras citas».

En la película, Drew se olvida de todo durante la noche, mientras duerme. En teoría, eso no puede ocurrir, empezando por el hecho de que, por química cerebral, el sueño reafirma los recuerdos, no los borra. La condición mental narrada en el film sería, por tanto, una mera invención de los guionistas. Pero ellos aseguran haberse inspirado en un extraño caso real. Y con el tiempo, se han identificado no uno sino al menos 3 casos similares.

El caso en el que se inspira el film es el de Michele Philpots, cuya amnesia empezaba no antes sino después de haber conocido a su marido (al menos él no tenía que reenamorarla cada mañana). Y con el tiempo se han detectado otros dos casos: el de un ciudadano alemán que despertaba cada día pensando que era el 14 marzo de 2005 (el día en que le anestesiaron para una intervención dental) y el de una mujer británica que, al despertar, creía estar siempre en el 15 de octubre de 2014 (cuando, por un resbalón, se dio un golpe en la cabeza contra un poste metálico).

Así pues, el arte imita a la vida en el caso de Michele Philpots, y en los otros dos la vida imita al arte. A «50 primeras citas»… y a «Atrapado en el tiempo». Lástima que la marmota Phil no hiciera predicciones sobre el amor.

7 / «La gran enfermedad del amor»: amores (entre) cómicos

«La gran enfermedad del amor» narra la historia de Kumail, un cómico pakistaní especialista en monólogos que se enamora de una de sus espectadoras, llamada Emily. Sus (muy) distintas familias y entornos culturales serán grandes barreras a superar. Pero el corazón puede con todo, en las películas de amor… y a veces, en la realidad. Porque a Kumail lo interpreta el cómico pakistaní Kumail Nanjiani, su esposa en la vida real se llama Emily Gordon, y entre los dos escribieron el guión de «La gran enfermedad del amor». Aquí, lo de «basado en hechos reales» se queda corto.

Tráiler de «La gran enfermedad del amor»

8 / «Una mente maravillosa»: amor matemático

Es bien sabido que «Una mente maravillosa» se basa en la vida del matemático John Nash, y en un singular relación con su esposa, Alicia Nash. Su azaroso romance, casi tan complejo como las ecuaciones de Nash, se encuentra reflejado en la pantalla con notable respeto a los hechos reales, en lo que respecta a ellos dos. Aunque hay por supuesto grandes licencias, como que las verdaderas alucinaciones de Nash eran tan sólo auditivas, mientras que en la película son alucinaciones visuales (porque esto es cine, amigos). Y hay otro cambio, de mucho más calado… pero que tiene su explicación.

El verdadero John Nash tuvo relaciones íntimas con hombres, a lo largo de su matrimonio con Alicia. Los productores y guionistas trataron, en un principio, de reflejar en el film esa faceta del personaje, pero finalmente desistieron. Y no por miedo a perder público (al menos, eso dicen) sino porque, de cualquier forma en que lo plantearan, acababa pareciendo que se establecía una relación entre la homosexualidad y la esquizofrenia (algo que diversas teorías pseudocientíficas, ya completamente descartadas, plantearon como cierto en los años 50).

Tratando, pues, de no enfangarse en polémicas (y de paso, de no alejarse demasiado de los cánones de las películas de amor), los autores de «Una mente maravillosa» confeccionaron un film para-todos-los-públicos. Pero no por ello el amor de los Nash era menos real. Murieron, por cierto, en un accidente de coche, en el año 2015, cuando John y Alicia tenían respectivamente 86 y 82 años. Juntos hasta el final… como en las buenas películas de amor.

El matrimonio Nash, protagonistas de una de las películas de amor de esta lista.
El matrimonio Nash: una historia (de amor) maravillosa.

9 / «Ana y el Rey»: amor monárquico

«Ana y el Rey» se basa en una novela de Margaret Landon publicada en 1944, e inspirada a su vez en la vida y libros de Anna Harriet Leonowens, que trabajó ciertamente como profesora de inglés en el mismísimo palacio del Rey Rama IV de Siam (hoy Tailandia).

En pantalla, el monarca y su institutriz tienen los rostros de Chow Yun – Fat y Jodie Foster. Y como casi todas las películas de amor, ésta se tomó ciertas licencias, como omitir el detalle de que el verdadero Rey Rama IV, también llamado Mongkut, tenía media cara paralizada (siempre podrían haber contratado a Sylvester Stallone, pero no habría resultado muy creíble como tailandés).

Los desajustes con la historia real hicieron que el gobierno tailandés negara los permisos de rodaje, y «Ana y el Rey» tuvo que rodarse no en Tailandia sino en la vecina Malasia. Pero el verdadero problema de esta historia está en el libro original de Anna Harriet Leonowens: con el tiempo se fue demostrando que era una mentirosa patológica que se había inventado su biografía. Decía haber nacido en Inglaterra pero nació en la India; decía haber vivido 3 años en Egipto pero jamás estuvo allí; decía saber tailandés pero los textos de su libro en ese idioma eran una pura invención.

¿Cuánto hubo de falso y cuánto de verdadero en su presunto romance con el Rey de Siam? Al menos, es cierto que estuvo en Siam. Al resto le concederemos el beneficio de la duda, por amor a las películas de amor.

10 / «La teoría del todo»: el amor más explosivo de las películas de amor

¿Hay mayor explosión que el «Big Bang», en toda la historia del Universo? Todo indica que no, y la elaboración de esa teoría está en la esencia de «La teoría del todo»: la historia de amor (y desamor) del físico Stephen Hawking y su primera esposa, Jane Wilde, que cuidó del genial Hawking en los primeros (y más duros) momentos de su esclerosis lateral amiotrófica.

Tráiler de «La teoría del todo».

El film, actualmente disponible en Amazon Prime Video, refleja con tacto los vaivenes de su relación, haciendo comprensible la actitud de Jane… y embelleciendo quizá el carácter de su esposo. Y como tampoco hace falta hacer sangre, omite el triste y poco romántico final de la relación entre Hawking y su enfermera (con la que termina el film). Pero aún así, es en general un buen ejemplo de película fiel a los hechos reales… por muy extremos y novelescos que puedan parecer, para quien no conozca ya la historia.

Eso sí: como siempre, los actores son más guapos que los personajes que interpretan. Sobre todo Felicity Jones, que encarna a Jane Wilde, y no tanto en el caso de Eddie Redmayne (Oscar de mejor actor principal por su encarnación de Stephen Hawking).

Pero como suele decirse, el que quiera realismo absoluto que se vaya a ver un documental. Y el que quiera emocionarse, que vea alguna de las películas de amor de esta lista. No serán reales al 100%, pero siempre serán más realistas que «Pretty Woman»…

Author

Dr. Rumack

Volando de cine en cine desde 1975, aterrizo en "Sesión Doble" con un doble objetivo: hablar de cine, y hablar de televisión. Disfruta con nosotros, opina lo que quieras y critica lo que te parezca: todo es bienvenido. Pero por favor: no me llames Shirley.

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