Las llamadas «películas para adultos», eróticas sin caer en la pornografía, están entre los contenidos más demandados por los usuarios de plataformas de streaming. Y la razón es muy obvia: ¿qué mejor sitio para ver según qué cosas que la intimidad de tu hogar?
Descubre en estas líneas qué ocurrió realmente en la escena de la mantequilla de «El último tango en París», qué periodista vivió «9 semanas y media» en la vida real, qué hizo Maribel Verdú para desinhibir a dos jóvenes actores mexicanos… y por qué «Showgirls» se ha convertido en la película más reivindicada de los últimos años. Tanto que es la primera en esta lista de las 30 mejores películas para adultos que puedes ver en plataformas de streaming.
30 / «Showgirls» (Paul Verhoeven, 1995)
«Showgirls» es el ejemplo más claro de muerte y resurrección en el cine de Hollywood. Fracasó en las taquillas de cine, los críticos la destrozaron y recibió en su momento 7 premios «Razzie», los antiOscar de Hollywood, incluidos los de peor película del año, peor director para Paul Verhoeven y peor actriz principal para Elizabeth Berkley. Pero casi tres décadas más tarde, son cada vez más lo que la reivindican como «una joya incomprendida». Y hasta se ha rodado un excitante documental sobre la resurrección de «Showgirls», titulado «You Don’t Nomi». Su tráiler, bajo estas líneas.
Lo que viene a decir ese documental es que la película de Verhoeven se entendió mal, y se promocionó peor. El eslogan de «Showgirls» en España fue «La película más caliente del año. De cualquier año», limitándola al cine de calenturas de entrepierna. Pero no era eso lo que buscaban Paul Verhoeven ni su guionista, Joe Eszterhas. Para preparar la película, ambos se entrevistaron con un centenar de strippers de Las Vegas, propietarios de clubs y demás fauna de la noche. Y decididos a mostrar la explotación de las chicas y sus duras vivencias con el máximo realismo, escribieron los diálogos de las actrices tomando palabra por palabra las declaraciones de las strippers.
Algunos pensarán «vaya excusa que se están montando a estas alturas». Pero esa «excusa» no es nueva: tan sólo tres días después del estreno en cines, Eszterhas contrató una página entera en Variety para explicar en ella el verdadero propósito del film. Y allí argumentó que «Showgirls» no era sólo una «película caliente» sino una versión oscura, sucia y sin esperanzas de «Eva al desnudo». Con erotismo, sí, pero no sólo con erotismo. Lo malo es que nadie prestó atención a esa página, y «Showgirls» quedó grabada en el imaginario colectivo como una simple horterada de sexo y purpurina.
Tras la «muerte» de la película, la «resurrección» empezó curiosamente menos de un año después: cuando «Showgirls» se estrenó en VHS. Pese a su fiasco en las salas de cine, en el mercado del vídeo doméstico recaudó nada menos que 100 millones de dólares: más del doble de lo que costó. Lo que los espectadores no quisieron ver en salas, donde otras personas te pueden ver entrar, sí quisieron verlo en la intimidad de sus salones. Y desde entonces, poco a poco, la percepción que se tiene de «Showgirls» ha ido cambiando, siempre a mejor.
¿Era tan mala como decían? Seguro que no; hay cientos de películas peores. ¿Es tan buena como dicen ahora? Puede que tampoco; el «efecto nicho» hace a veces crecer el entusiasmo de los fans, de forma acrítica. Pero sí es innegable que «Showgirls» tiene un montón de virtudes, y que en ella Paul Verhoeven, como también hizo en «RoboCop» o en «Starship Troopers», se rió en su cara de los yanquis y de su estilo de vida. Así que, sin pretender que esté al nivel de «Eva al desnudo», al sentarnos a ver «Showgirls» sí podemos citar a Bette Davis diciendo aquello de «Abróchense los cinturones, ésta va a ser una noche movidita».
«Showgirls» de Paul Verhoeven está disponible en Amazon Prime Video.
29 / «Cincuenta sombras de Grey» (Sam Taylor-Johnson, 2015)
«Cincuenta sombras de Grey» también tuvo unas críticas espantosas. Pero cuando se estrenaron las secuelas, el primer film pareció, por comparación, ¡muchísimo mejor! Por lo menos no perdía el tiempo en intrigas empresariales de nulo interés, sino que iba directamente al lío: al proceso de seducción y sumisión de una virgen inocente, a manos de un guapo millonario lleno de oscuros secretos. Y con respecto a ese proceso, la actriz Dakota Johnson hizo hace un poco una interesante confesión: el guión por el que aceptó el proyecto no es el que luego filmaron.
Dice Dakota, y el galán Jamie Dornan no lo desmiente, que el primer guión era más elaborado, elegante y sugerente, alejándose en algunos pasajes de la tosca novela en que se basa. Sin embargo, en el plató estaba muy presente E.L. James: autora de los libros de «Cincuenta sombras de Grey»… y coproductora del film. Y haciendo gala de su poder, James fue transformando el guión durante el propio rodaje para acercarlo más y más a sus libros, pese a la oposición del reparto, de la directora Sam Taylor-Johnson y del resto de productores.
Según Dakota Johnson, la única escena que dejaron tal cual, sin cambiar el guión original, es la de la firma del contrato de sumisión entre la chica y el chico. Que es, por cierto, la mejor escena del film. Qué casualidad.
«Cincuenta sombras de Grey» está disponible en Amazon Prime Video.
28 / «Aguas profundas» (Adrian Lyne, 2022)
Hay películas que sólo se disfrutan con el cerebro apagado, y «Aguas profundas» es una de ellas. Y conste que es muy disfrutable: por el regusto nostálgico de saber que tras las cámaras está el director de «9 semanas y media», Adrian Lyne, veinte años después de su anterior film («Infiel», de 2002), por sentir la mano de Patricia Highsmith en los giros de guión (la película se basa en una obra suya) o por la química incuestionable entre Ben Affleck y Ana de Armas, que iniciaron durante el rodaje una relación sentimental en la vida real.
¿Y por qué hay que verla con el cerebro apagado? Porque ciertos pasajes de la trama son increíbles en el mejor de los casos, porque algunas conductas y reacciones de los personajes rozan el idiotismo y porque, en fin, nada tiene mucho sentido. Pero el cerebro no es precisamente el órgano al que «Aguas profundas» pretende estimular. Y los estímulos que sí busca los consigue, sobradamente, con la muy fogosa aportación de Ana y Ben.
«Aguas profundas» está disponible en Amazon Prime Video.
27 / «Demonios tus ojos» (Pedro Aguilera, 2017)
No son pocas las estrellas infantiles que, al hacerse mayores, buscan un rol muy atrevido para cambiar la percepción que el público tiene de ellas. Miley Cyrus, por ejemplo, dejó atrás a Hannah Montana lamiendo bolas de demolición como cantante «adulta». Pero todavía más atrevida fue la niña de «El laberinto del fauno», Ivana Baquero. Tenía 12 años cuando protagonizó la obra maestra de Guillermo del Toro. Y al cumplir 23, cambió radicalmente de registro con «Demonios tus ojos»: un film cuyo argumento no podía ser más polémico.
«Demonios tus ojos» trata sobre un cineasta que descubre, por casualidad, que su hermana pequeña graba vídeos pornográficos y los cuelga en Internet. La sorpresa da paso a la curiosidad, y la curiosidad al deseo… en ambos hermanos. El film es, pues, una exploración sobre el incesto, con Ivana Baquero mostrándose desnuda en pantalla por primera vez. El tono final es más malsano que excitante, o ambas cosas al mismo tiempo, y sin duda es una de las más atrevidas películas para adultos de esta lista. Aunque, para atrevimiento, el de la propia Ivana Baquero: hacía falta mucho cuajo para embarcarse en un film como éste.
«Demonios tus ojos» está disponible en Filmin.
26 / «Calígula» (Tinto Brass, 1979)
«Calígula» iba a ser una película con sólo cierto contenido erótico; bajo esa premisa logró su director, Tinto Brass, contratar a intérpretes tan renombrados como Malcolm McDowell, Peter O’Toole, John Gielgud o la entonces joven y atractivísima Helen Mirren. Pero entonces metió mano el productor de la película, Bob Guccione (fundador de «Penthouse»), filmando insertos de porno explícito y metiéndolos con calzador en el film, buscando aumentar su impacto comercial. Sin que Mirren y compañía supieran nada hasta que asistieron al estreno, claro.
De todo ello hablamos ya en nuestro artículo sobre 15 películas eróticas que rozan el porno. Pero en puridad, habría que decir que «Calígula» es dos películas a la vez: la que hizo Tinto Brass, y la que hizo Guccione. El resultado es una de las más famosas películas para adultos que se han estrenado jamás, tan irregular como excitante de ver, ¡por Júpiter!
«Calígula» está disponible en Filmin.
25 / «La bestia» (Walerian Borowczyk, 1975)
«La bestia» se inspira en la llamada «Bestia de Gévaudan»: el enorme animal, probablemente un lobo, que asoló la región francesa de Gévaudan durante 3 años, a mediados del siglo XVIII. Se le atribuyeron unas 100 muertes, con sus víctimas casi siempre degolladas o decapitadas, hasta que al fin se abatió a la criatura. El caso fue lo que hoy llamaríamos una «bomba mediática» y ha inspirado varias películas, incluida «El pacto de los lobos» con Mark Dacascos arreando patadas de kárate en la Francia prerrevolucionaria. Pero no era el kárate lo que interesaba al polaco Walerian Borowczyk.
Con la «Bestia de Gévaudan» como excusa argumental, Borowczyk elaboró un film con el sexo como amenaza: la Bestia es la encarnación del instinto, y hace lo que (supuestamente) todos desearíamos hacer, de no estar condicionados por el entorno social.
Lo malo (o lo bueno, según se mire) es que el cineasta polaco expone su tesis con la sutileza de una rodillazo en la entrepierna. Con doncellas corriendo por los bosques en lencería fina, con planos-detalle de según qué apéndices de la Bestia… y con todos los dejes del erotismo setentero que caracterizaban al autor de «Interior de un convento» o «Emmanuelle 5». Y es que Borowczyk, a su modo, era una auténtica Bestia. ¡Mucho más que Mark Dacascos!
«La bestia» está disponible en Filmin.
24 / «Diario de una ninfómana» (Christian Molina, 2008)
«Diario de una ninfómana» desató el escándalo incluso antes de que nadie la viera. Se inspira en un libro autobiográfico de Valérie Tasso, en el que la autora narra sus propias experiencias sexuales (desmitificándolas), y el guión es de Cuca Canals, guionista también de «Jamón Jamón» y de otras películas de Bigas Luna. Pero el escándalo del film no surgió de la trayectoria de Canals, ni del libro de Tasso… ni del film en sí mismo, ¡sino de su póster! El mismo póster que está bajo estas líneas.
Allá en el año 2008, cuando llegaba el lanzamiento en cines de «Diario de una ninfómana», el Ayuntamiento de Madrid se negó a exhibir el póster del film en sus autobuses ni en las marquesinas de sus paradas. Era, por lo visto, «demasiado pornográfico» a sus ojos. No pocos alegaron, con rotunda lógica, que el póster dejaba ver prácticamente lo mismo que cualquier campaña de ropa interior de según qué marcas, que se publicitan sin problemas en todas partes. Pero la lógica, a menudo, nada puede hacer frente a la hermética cerrazón de la moral.
«Diario de una ninfómana» está disponible en Amazon Prime Video.
23 / «White Girl» (Elizabeth Wood, 2016)
Basada en durísimas experiencias personales de su propia directora, Elizabeth Wood, esta película narra el descenso a los infiernos de la droga y del abuso sexual, de una joven blanca de clase media. Su título, «White girl», no sólo hace referencia a la raza de la protagonista, sino que es también, en la jerga de la calle, una forma de referirse a la cocaína. Y es que la «chica blanca» es la sustancia más consumida a lo largo de «White Girl».
Al ser exhibida en el Festival de Sundance, los críticos describieron la película como «Lasciva, impactante e incómoda». Como es a veces el sexo, respondió Elizabeth Wood. Como es a veces la vida.
«White Girl» está disponible en Netflix.
22 / «9 semanas y media» (Adrian Lyne, 1986)
La más famosa de las películas para adultos de los años 80 está basada en hechos reales. En ella, una joven y atractiva mujer, de gran éxito profesional, se embarca en una relación autodestructiva de pasión y sumisión con un hombre al que apenas conoce. La mujer es Kim Basinger, el hombre es Mickey Rourke, y todo en la pantalla es más o menos guapo, pulcro y estilizado. Pero la historia real, como suele ocurrir, es mucho más fea.
«9 semanas y media» se basa en un relato autobiográfico, firmado por Elizabeth McNeill, en el que la sumisión de la protagonista es más bien esclavitud sexual pura y dura. Durante las casi 10 semanas que estuvo a merced de su «amo», McNeill pasó la mayor parte del tiempo esposada a la mesilla de noche. No podía hacer nada por sí misma, ni siquiera peinarse o comer, y al final de su «experiencia» tuvo que ser hospitalizada por malnutrición. La película, para sorpresa de nadie, se quedó con el erotismo guapo y rebajó todo lo feo de la historia de McNeill.
¿Y quién es Elizabeth McNeill? Con el tiempo se descubrió que era el pseudónimo de Ingeborg Day: periodista y escritora norteamericana, de origen austríaco, que irónicamente escribió su relato sobre sumisión y entrega absoluta al varón… mientras era editora de la revista feminista «Ms.». En vida jamás reconoció ser la autora del libro, y el dato sólo pudo confirmarse después de su muerte. Se suicidó en 2011, con 70 años de edad, cuatro días después de la muerte de su esposo.
«9 semanas y media» está disponible en Apple TV.
21 / «The escort» (Will Slocombe, 2015)
Buscando un buen artículo, un periodista adicto al sexo se sumerge en el mundo de la prostitución de lujo, documentando el día a día de una «escort» graduada en Stanford. Como no todas las películas para adultos viven de mostrar a Kim Basinger desnudándose, «The escort» muestra en realidad poquísimo sexo: casi toda la acción de este film ocurre fuera del encuadre, detrás de una puerta, oculto en la sombra. Más que ver, el espectador oye o imagina. Y a menudo, no hay nada más erótico que eso.
«The Scort» está disponible en Filmin.
20 / «Intimidad» (Patrice Chéreau, 2001)
«Intimidad» narra con enorme naturalismo la relación íntima, fundamentalmente sexual, de una pareja que sólo se ve una vez a la semana. Con la particularidad, escandalosa cuando se estrenó el film, de ser una de las pocas producciones mainstream con planos de sexo explícito. No mucho, en realidad: alguna erección y breves instantes de sexo oral. Pero bastan esos instantes para dotar a todo el conjunto de una enorme sensación de autenticidad. La gran pregunta es: ¿cómo lograron esa intimidad en «Intimidad»?
Los dos protagonistas, Kerry Fox y Mark Rylance, normalizaron el rodaje de la forma más civilizada: los dos intérpretes, sus parejas y el director de la película, el francés Patrice Chéreau, se fueron los cinco juntos de cena para charlar sobre el film. Antes de llegar a los postres, y con varias botellas de vino encima, ya estaban todos encantados de conocerse y dispuestos a filmar lo que fuese.
Cada una de las escenas de sexo fue filmada con varias cámaras a la vez pero en una sola toma, sin cortes, para no romper el flujo de las interacciones. Cada instante estaba perfectamente debatido y coreografiado, para que todos supieran lo que iba a ocurrir. Y la pareja protagonista es de primera: Kerry Fox ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín por su interpretación en «Intimidad», y Mark Rylance ganó años más tarde el Oscar de mejor actor secundario por «El puente de los espías» de Steven Spielberg. Con dos intérpretes tan buenos, siempre es más fácil lograr la mejor «Intimidad».
«Intimidad» está disponible en Filmin.
19 / «Bruna Surfistinha» (Marcus Baldini, 2011)
«Bruna Surfistinha», además del título del film, era también el pseudónimo de la brasileña Raquel Pacheco: hija adoptiva de un matrimonio de clase media-alta, que con sólo 17 años de edad decidió alejarse del cobijo de sus padres para trabajar como prostituta. Empezó entonces a escribir un blog contando sus vivencias profesionales, con tanto éxito que llegó a tener 50.000 lectores diarios. Con sus entradas del blog escribió un libro, «El dulce veneno del escorpión». Y basándose en el libro, pero mezclado con las vivencias de otras «call girls», se rodó la película «Bruna Surfistinha».
Hace pocos años se lanzó también una teleserie, inspirada en el mismo libro, bajo de título de «Llámame Bruna». Pero la película es más fiel al libro, más dura, y también más sensual.
«Bruna Surfistinha», la película, está disponible en Apple TV.
18 / «Kiki, el amor se hace» (Paco León, 2016)
La tercera película de Paco León como director (y la primera que no trata sobre su madre, Carmina Barrios) es la adaptación española de una película australiana de 2014 titulada «La pequeña muerte». Su título (el de la versión australiana) hace referencia a un eufemismo francés del siglo XIX para referirse al orgasmo: «la petite morte». Y ambas películas (la australiana y la española) tratan sobre parejas entrecruzadas que, sintiendo desvanecerse la pasión, se adentran en el mundo de las parafilias.
¿Qué parafilias aparecen en «Kiki»? Entre otras, la herbofilia (excitación sexual ante vegetales y plantas), la harpaxofilia (excitarse al ser atracado) o la dacrifilia (la excitación de contemplar lágrimas ajenas). Al director de la versión australiana, Josh Lawson, le preguntaron en una entrevistas cuál era la parafilia más rara con la que se había topado al preparar la película. Su respuesta fue tan singular que ni siquiera aparece en el film: la oculofilia, la excitación de lamer los globos oculares de nuestros amantes. Y es que, mientras se haga de común acuerdo y sin hacer daño a nadie, todo vale para un buen «Kiki».
«Kiki, el amor se hace» está disponible en Netflix.
17 / «El cartero siempre llama dos veces» (Bob Rafelson, 1981)
«El cartero siempre llama dos veces» es una novela negra de James M. Cain que ha tenido varias adaptaciones al cine. La mejor es la de 1946 con Lana Turner y John Garfield, dirigida por Tay Garnett. Pero la más excitante es la de 1981, del director Bob Rafelson, con Jack Nicholson y Jessica Lange, y con una escena erótica tan intensa entre la pareja protagonista que surgió el rumor de que, mientras la filmaban, Jack y Jessica habían practicado «sexo real en el plató«.
En esa candente escena, sus personajes dan rienda suelta a la pasión sobre la mesa de una cocina, rebozándose en harina el uno al otro mientras se entregan a sus «pequeñas muertes». El realismo es ciertamente sobrecogedor, y el rumor es tan bueno que dan ganas de creérselo. Pero, ¿es cierto?
No, no lo es. Por supuesto que no. La escena de la cocina, tan erótica como esencial en la trama, se filmó a lo largo de 3 días, con un total de 12 personas en el plató: un equipo reducido, buscando una cierta intimidad que facilitara el trabajo de los actores… pero aún así, con demasiada gente como para que los dos protagonistas se excitaran de verdad. El rumor era, pues, un puro bulo. alimentado quizá por la propia productora de «El cartero siempre llama dos veces», que encontró un filón publicitario en el presunto sexo real de la escena de la cocina.
«El cartero siempre llama dos veces» está disponible en Amazon Prime Video.
16 / «El portero de noche» (Liliana Cavani, 1974)
Años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la superviviente de un campo de concentración se topa por casualidad con uno de sus antiguos torturadores, que ahora trabaja como portero en un hotel. Surgirá entre ambos el deseo, y el amor, en una relación sadomasoquista donde se confunden los roles de dominación y sumisión.
Con tan atrevido argumento, «Portero de noche» fue una película clasificada X en Estados Unidos, Austria y Reino Unido, y en España estuvo 2 años prohibida por la censura. Pero eso no detuvo a los cinéfilos españoles, que fletaron decenas de autobuses desde todos los puntos de la península, para poder ver la película en los cines de Biarritz y Perpignan. Impulsados, por supuesto, por su apetito de cinefilia y alta cultura. Bueno… más o menos.
«El portero de noche» está disponible en Filmin.
15 / «El imperio de los sentidos» (Nagisa Oshima, 1976)
No hay sexo fingido en esta película japonesa: los dos intérpretes principales mantuvieron verdaderas relaciones ante la cámara. Pero, curiosamente, no fue eso lo que desató la polémica en Japón.
Allí, el verdadero problema fue que los protagonistas de «El imperio de los sentidos» mostraban en pantalla vello púbico y genitales, cuando hasta en el «porno» convencional japonés se pixelan ambas cosas. Para sortear la censura nipona, el film tuvo que ser revelado en Francia; su director fue acusado de obscenidad por la justicia japonesa en un proceso judicial que duró 4 años; su actriz principal no volvió a trabajar. ¡Y eso no es todo!
Tras su proyección en el festival de cine de Berlín, la cinta fue confiscada por la justicia alemana e investigada por «pornográfica»; se estrenó en suelo germano 18 meses después. En el Reino Unido no se permitió su estreno sin cortes de censura hasta 1991, quince años después de que se rodara. Y en Francia, se pudo ver por primera vez en el Festival de Cannes, con tanta expectación que tuvieron que hacer 13 pases de la película. Allí no tuvieron problemas con el vello, ni con «la petite morte», ni con rien de rien.
«El imperio de los sentidos» está disponible en Filmin.
14 / «La vecina de al lado» (Luke Greenfield, 2004)
«La vecina de al lado» nació como proyecto de «remake» de «Risky Business», cambiando el mundo de la prostitución por el de las películas pornográficas. Así, en el clásico ochentero de Tom Cruise, el joven Tom se enamoraba de la prostituta encarnada por Rebecca de Mornay y se convertía para ella en una suerte de proxeneta; en «La vecina de al lado», el personaje de Emile Hirsch descubre que su amada vecina es actriz «porno» y se mete, por ella, en el mundo de la producción para adultos.
En la fase de desarrollo, «La vecina de al lado» se fue alejando tanto de «Risky Bussines» que dejó de ser considerada una «versión» de la segunda para ser concebida como una película independiente. Beneficiada, en este caso, por la turbadora presencia de Elisha Cuthbert: guapísima actriz canadiense que triunfaba en aquel entonces con la ya mítica teleserie de acción «24».
En ella, en televisión en abierto y en prime-time, Cuthbert era la casta y virginal hija de Kiefer Sutherland, siempre al borde del secuestro y el asesinato pero sin rebasar nunca los límites del decoro sexual. En cambio, en «La vecina de al lado» la actriz pudo dar salida a todo su sex-appeal… haciendo que los veinteañeros de entonces envidiásemos a muerte a Emile Hirsch, mientras nos hacíamos esta pregunta: ¿a dónde hay que mudarse para tener una vecina como ella?
«La vecina de al lado» está disponible en Amazon Prime Video.
13 / «Swimming Pool» (François Ozon, 2003)
Una escritora británica viaja al sur de Francia para pasar unos días en la casa de campo de su editor; lo hace para encontrar la paz con la que espera inspirarse para su nueva novela, pero allí se topará con la turbadora y procaz hija de su editor, que de paz no entiende mucho.
La escritora es Charlotte Rampling, protagonista de «El portero de noche», y la hija es Ludivine Sagnier, actriz francesa que sólo tenía que mirar a la cámara para derretirla. Ellas dos, una piscina y la imaginación del director y guionista François Ozon son material suficiente para una película tan sensual como las gotas de agua que se evaporan sobre la piel en una calurosa mañana de verano.
«Swimming Pool» está disponible en Filmin.
12 / «Doble cuerpo» (Brian De Palma, 1984)
Como si fuera una versión para adultos de «La ventana indiscreta», «Doble cuerpo» trata sobre un hombre que espía las casas que le rodean. No por aburrimiento y curiosidad ante la fauna humana, como hacía James Stewart en la película de Hitchcock, sino por puro «voyeurismo» erótico, buscando sexo y desnudez para sus ávidos ojos. La cosa se complica cuando cree ser testigo de un crimen, relacionado además con el mundo de la pornografía. ¿Se atreverá a hacer algo más que mirar?
Tan «hitchcockiana» película la dirigió un fan confeso e imitador habitual del gran Hitchcock: el también grande Brian De Palma. Y entre sensualidad morbosa y sexo prohibido, tejió un thriller de suspense tan ochentero que, en la ficción de «American Psycho», «Doble cuerpo» es una de las películas favoritas de Patrick Bateman. Por su sexo, por su violencia pero también, seguramente, por el «doble juego» que se trae «Doble cuerpo» entre realidad y ficción. En cuyo poroso espacio intermedio es, precisamente, donde vive Patrick Bateman.
«Doble cuerpo» está disponible en Filmin.
11 / «El desconocido del lago» (Alain Guiraudie, 2013)
Dos premios en el Festival de Cannes, un premio César de mejor actor revelación y un premio especial de la revista «Cahiers du Cinema» avalan a «El desconocido del lago»: un film con erotismo gay sobre el fenómeno del «cruising». Es decir: juntarse en algún espacio público (a menudo campestre) con perfectos desconocidos para tener sexo con ellos.
Su director y guionista, Alain Guiraudie, escribió el guión inspirándose en un verdadero «espacio de cruising» que conocía, pero rodó el film en otro espacio distinto, más luminoso y «familiar», no asociado a esa clase de prácticas. Y aunque pensó en pedir a sus actores que tuvieran sexo real entre ellos, acabó recurriendo a dobles de cuerpo para las tomas más explícitas. Aún así la entrega interpretativa es total, especialmente en el caso de Pierre Deladonchamps: el intérprete nominado al César de mejor actor revelación.
«El desconocido del lago» está disponible en Filmin.
10 / «Gia» (Michael Cristofer, 1998)
Telefilm de culto sobre la dramática historia real de Gia Carangi: modelo de éxito en los años 80, que tocó Cielo e Infierno en un cortísimo intervalo de tiempo, para morir por culpa del SIDA con sólo 26 años de edad. La interpreta otra mujer de vida atormentada: la actriz Angelina Jolie, que tenía sólo 23 años cuando rodó «Gia» y aún no era la estrella en que se convirtió después. Y cuando Angelina alcanzó el estrellato…
…todos sus fans se lanzaron lúbricamente sobre sus primeras películas, buscando esos planos atrevidos que una actriz famosa se niega a rodar, pero que una principiante sí que rueda. Y encontraron muchos en «Gia», con Angelina mostrando sus pechos alegremente o compartiendo cama con Elizabeth Mitchell («Perdidos»). Así, la película sobre Gia Carangi fue un éxito en retrospectiva: no cuando se estrenó, sino cuando Angelina Jolie se convirtió en una superestrella.
«Gia» está disponible en HBO Max.
9 / «Nymphomaniac» (Lars Von Trier, 2013)
«Nymphomaniac» muestra a grandes estrellas de cine, practicando sexo real. El sexo es auténtico, y las estrellas también, pero lo falso es la combinación de ambas cosas: el director Lars Von Trier rodó las escenas sexuales con actores y actrices de cine X, y sobre sus cuerpos desnudos pegó digitalmente los rostros de su famoso reparto. Así que Von Trier combinó el cine X con los FX (que es como los yanquis llaman a los efectos especiales). El resultado final es tan sugerente como discutible. Pero, ¿acaso no lo es todo el cine de Lars Von Trier?
«Nymphomaniac» está disponible en Filmin.
8 / «El último tango en París» (Bernardo Bertolucci, 1972)
Hay mucha polémica mal procesada en torno a este film. Así que, por si caso, empecemos aclarando un dato muy polémico: ninguna mujer fue violada en el rodaje de «El último tango en París». Ni ningún hombre, por cierto. Pero el caso específico al que nos referimos es al de la fallecida Maria Schneider, la protagonista femenina de la película, de la que todavía hoy se dice en muchas fuentes que sufrió una violación en el plató, ante las cámaras. Es falso.
Lo que sí es cierto es que nadie le dijo ni una palabra sobre la escena de la mantequilla, hasta el mismo instante en que la filmaron.
En la ficción de «Un tranvía llamado deseo», Marlon Brando lubrica con mantequilla el ano de María Schneider, antes de forzarla. Y el propio director de la película, Bernardo Bertolucci, reconoció que ese mantecoso detalle no estaba en el guión, y que no le dijo nada a la joven Schneider (19 años en ese momento) hasta el mismo instante de rodar la escena, para que su sorpresa fuese auténtica. Ella misma dijo más tarde que la treta de Bertolucci le hizo sentirse engañada, utilizada y «un poco violada», por mucho que el sexo en pantalla no fuese real. Y eso fue TODO lo que dijo.
El siempre transformador boca-oreja y, seguramente, el impulso de los redactores por lograr el «clickbait», hicieron que las palabras de la actriz fueran recientemente malinterpretadas o sobreinterpretadas, y es fácil encontrar artículos hoy en día sobre la presunta violación de «El último tango en París». Pero es presunta, no es real. La fallecida María Schneider tenía muchos motivos, muy fundados, para quejarse de Bertolucci (y de Brando). Pero algo tan grave como una violación no es uno de ellos.
«El último tango en París» está disponible en Filmin.
7 / «Secretary» (Steven Shainberg, 2002)
El argumento de «Secretary» recuerda, en lo esencial, a «Cincuenta sombras de Grey»: un empresario cobija bajo su ala a una joven inocente y virginal, a la que va adiestrando poco a poco en el rol de sumisa. La diferencia es que no es millonario, ni guapo ni particularmente sexy: es James Spader, con la misma cara de enfermo que ya tenía en «Crash» pero más viejo, y aportando un hondo patetismo a su personaje. El rol de «amo» es, probablemente, lo único que hace que su vida no sea del todo miserable.
Y así, en «Secretary», la sumisión y el bondage no se romantizan sino que se patetizan… sin dejar de ser, a su modo, sexys.
¿Y qué hay de la chica? Ella es Maggie Gyllenhaal, tan entregada al papel que se ofreció a recibir azotes de verdad, para sentir lo mismo que su personaje. «También puedes fingirlo», le sugirió el director de «Secretary», Steven Shainberg. Ella se empecinó en ser una Actriz del Metódo… y tras un par de fustazos, optó por fingir. «Me dolió de formas que no imaginé que me dolería», dijo más tarde la actriz.
«Secretary» está disponible en Netflix.
6 / «365 días» + «Átame»
«365 días», estrenada en 2020, lleva tiempo siendo la más vista de las películas para adultos que hay en el catálogo de Netflix. Por eso ha tenido ya varias secuelas… con críticas furibundas, tanto las secuelas como la original. Pero eso no ha impedido que los usuarios se lancen a verlas, atraídos por su polémico argumento: un mafioso secuestra a una mujer durante todo un año (los 365 días del título) esperando que en ese tiempo se enamore de él.
Algunos lo llamarían «amor», otros «obsesión»… y otros, «secuestro con tentativa de violación». En cualquier caso, romantizar el encierro de una mujer contra su voluntad es obviamente peligroso. Pero…
…pero eso mismo ya lo contó Pedro Almodóvar en «Átame», en 1989: nada menos que 31 años antes que «365 días». Claro que Almodóvar lo hizo con más humor, mostrando al secuestrador Antonio Banderas no como un macho-man, sino como un tipo más bien cortito. Y entre Antonio, Pedro y Victoria Abril como secuestrada, todo tenía un tono cutre-cañí que hacía más fácil disfrutar de su castiza sensualidad, sin ponerse (entonces) a analizar qué estamos viendo realmente.
Pero los tiempos han cambiado. Y aquello de Almodóvar defendía como algo «divertido y romántico» ya no lo parece tanto… salvo para Netflix, que no ha tenido empacho en convertir «365 días» en una de las joyas de su catálogo. Bueno, salvo para Netflix, ¡y salvo para Disney! ¿O acaso no tiene «La bella y la bestia» casi casi el mismo argumento?
«Átame» está disponible en Netflix. Y «365 días» también está disponible en Netflix. Mientras que «La Bella y la Bestia», obviamente, está disponible en Disney+.
5 / «Lunas de hiel» (Roman Polanski, 1992)
Dos parejas se conocen por casualidad en un crucero que va hacia la India. El marido de una de ellas narrará a la otra sus tortuosas y lúbricas vivencias de pareja, y oscuras pasiones entrecruzadas irán trayendo deseo y peligro al cuarteto. Orquestado todo ello por el director Roman Polanski, con el mismo buen ojo para lo malsano que ha tenido siempre… y con su esposa, Emmanuelle Seigner, en un destacado papel. Y aún así, ha dicho Emmanuelle que «Rodar esta película probablemente fue un error». ¿Por qué?
Porque Emmanuelle, cuyo erótico personaje es la gran tentación a la que pueden sucumbir los demás, quedó encasillada para siempre por «Lunas de hiel» en personajes de ese mismo perfil. Sólo en su reciente madurez, en films como «Basada en hechos reales», ha podido sacudirse el erotismo y mostrarse en otros roles.
Hay todavía otra razón por la que rodar «Lunas de hiel» pudo ser un error, pero tiene que ver con el mismo desenlace del film y es mejor no destriparla. Tan sólo damos un apunte: Seigner acaba en «Lunas de hiel» igual que en «Frenético». ¡Y eso que ambas películas las dirigió su marido!
«Lunas de hiel» está disponible en Filmin.
4 / «Eyes Wide Shut» (Stanley Kubrick, 1999)
El último trabajo de Stanley Kubrick figura en el Libro Guiness de los Récords en la categoría de «El rodaje más largo sin interrupciones». Y es que, sin pandemias ni pérdidas de financiación ni nada que hiciera parar las cámaras, «Eyes Wide Shut» se estuvo rodando ininterrumpidamente durante 400 días (unos 13 meses). Con Tom Cruise y Nicole Kidman desnudándose emocionalmente, con muchos desnudos físicos, y hasta con una orgía. Pero ¿es realmente una película erótica?
Algunos dirán justamente lo contrario, afirmando que «Eyes Wide Shut» es una película antierótica. O que trata, precisamente, sobre el miedo al erotismo. Todo en ella, incluso (o especialmente) la orgía, habla sobre situaciones de sexo potencial en las que Kidman y Cruise logran anteponer la razón al deseo (a duras penas, pero lo logran)… escapando así de su destrucción. En la orgía muere una chica, la prostituta tiene una enfermedad mortal, la niña de la tienda de disfraces es (entre otras cosas) un pasaporte a la cárcel…
Así, por más que «Eyes Wide Shut» se vendiera como una película erótica, en ella el erotismo es peligro, es muerte, es destrucción. Sólo en la aburrida seguridad del sexo marital puede uno escapar del Apocalipsis. Y eso es claramente suficiente para el personaje de Tom Cruise. Pero… ¿lo es para el de Nicole Kidman? ¿O su baile ante el espejo está expresando que, como Alicia, sería feliz saltando al Otro Lado y zambulléndose en el País de las Maravillas, lejos de su esposo?
Como veis, ha pasado casi un cuarto de siglo y «Eyes Wide Shut» sigue suscitando más preguntas que respuestas. Por eso Kubrick es Kubrick, y los demás no.
«Eyes Wide Shut» está disponible en HBO Max.
3 / «La vida de Adèle» (Abdellatif Kechiche, 2013)
Las dos actrices de «Adèle», Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, han jurado no volver a trabajar con Abdellatif Kechiche, por haber aplicado en plató lo que ellas describen como «métodos abusivos». Conste que el cineasta no les pidió que tuvieran verdaderas relaciones, y para las escenas de sexo oral usaron vaginas prostéticas pegadas a la entrepierna de las actrices. Pero las escenas íntimas rezuman tanto realismo, que todo parece auténtico. Y Kechiche lo consiguió… repitiendo toma tras toma tras toma, hasta un grado que, ciertamente, podría interpretarse como abusivo.
Algunas tomas sencillas las repitieron más de 100 veces. La escena de sexo más larga del film, 7 minutos en pantalla, tardaron una semana en filmarla. Y acabado el rodaje, habían filmado más de 800 horas de película, reducidas finalmente a 3 horas de metraje. Sin duda fue una experiencia extenuante para las dos protagonistas. Pero «La vida de Adèle» ganó la Palma de Oro de mejor película en el Festival de Cannes, y el premio fue oficialmente otorgado a su director pero también a sus dos actrices. Reconocidas, por tanto, como co-realizadoras.
«La vida de Adèle» está disponible en Filmin.
2 / «Y tu mamá también» (Alfonso Cuarón, 2001)
Dos adolescentes mexicanos y una atractiva mujer española con un secreto a sus espaldas, se lanzan a un viaje en carretera de autodescubrimiento y erotismo. Los chicos, Gael García Bernal y Diego Luna, no tuvieron que fingir su amistad: son grandísimos amigos desde el día de su nacimiento. Sus padres trabajaban juntos en una compañía teatral y ellos nacieron casi a la vez.
La chica, Maribel Verdú, es quizá la mejor actriz española de su generación, con mucha experiencia en cintas subidas de tono como «Amantes» o «Belle Epoque». Quizá por eso, y por ser algo mayor que ellos, cuenta Gael García Bernal que en la escena del trío fue ella quien llevó la voz cantante. Quien se atrevió a coger las manos de los dos mozos y ponerlas donde ellos no se atrevían, haciendo posible que fluyera así la desinhibición.
La labor de Maribel fue, por tanto, providencial. Pero también lo fue el ingenio de su director, Alfonso Cuarón. La noche antes de rodar la escena de la borrachera en la playa (previa al trío), Cuarón les pidió que se emborracharan de verdad, en esa misma playa. Que, simplemente, se lo pasaran bien. Al día siguiente, ya con las cámaras en marcha, les pidió que recordaran con detalle el día anterior… y que volvieran a recrearlo todo, tal y como ocurrió.
Dice Maribel que al hacerlo de ese modo surgieron detalles y situaciones «que si no, no se nos habrían ocurrido; eso demuestra lo inteligente que es Alfonso Cuarón». Y decimos nosotros que, sin esa inteligencia, y sin el talento de sus tres intérpretes, no habría surgido la sensualidad natural, sin imposturas, y mezclada con dolorosa melancolía, que tiene «Y tu mamá también». Una obra maestra del cine contemporáneo.
«Y tu mamá también» está disponible en Amazon Prime Video / FlixOlé.
1 / «La doncella» (Park Chan-wook, 2016)
De toda esta lista de películas para adultos, «La doncella» es la película mejor valorada por los usuarios de IMDb (8’1) y por las firmas de MetaCritic (8’4). Curiosamente se basa en una novela anglosajona de Sarah Waters, que transcurre en Londres en el siglo XIX; para el film, sin embargo, trasladaron la trama a Corea en los años 30, cuando el país estaba ocupado por Japón. Y el cambio no podía sentarle mejor: los sabores y colores de Oriente, en el especial contexto de la ocupación, le sientan como un guante a «La doncella». Y le añaden más sensualidad (enfermiza) de la que ya tenía.
Más allá de eso, ¿de qué trata «La doncella»? Es mejor no decir nada, pues cada giro, retruécano y plot-twist añade más sorpresas, capas y texturas a la trama, recargando el erotismo hasta lo irrespirable. Y cada detalle que destripáramos ahora no haría sino restar intensidad al conjunto. Por eso, es mejor acercarse a «La doncella» de la forma más virginal que sea posible… y descubrir, así, que ocupa muy merecidamente el primer puesto en esta lista de las 30 mejores películas para adultos que puedes ver en plataformas de streaming.
«La doncella» está disponible en Filmin.
