No del todo, pero casi. Porque las rarezas más divertidas de Hollywood incluyen a un ganador del Oscar que se puso a limpiar compulsivamente un aeropuerto, a un astro de la comedia que esnifaba vitamina D, o un galán que comió cucarachas para preparar un papel. No es que sean más raros que un perro verde: es que un perro de ese color, a su lado, parecería más normal que un yorkshire. Te vas a reír con las 25 rarezas más divertidas de las estrellas de Hollywood.

25 / Jeremy Irons se puso a limpiar un aeropuerto

Ocurrió el 8 de agosto de 2002 en el aeropuerto de Shannon: el más importante de Irlanda, después del de Dublín. El famoso Jeremy Irons estaba allí esperando un vuelo para acercarse al castillo irlandés en el que vive, cuando hubo una repentina afluencia de pasajeros. Cuatro vuelos de Cork habían sido desviados a Shannon, por la niebla, y de repentía llegaron 360 personas con las que nadie contaba. El ganador del Oscar por «El misterio Von Bulow» estaba tratando de leer, pero empezó a desconcentrarse al ver, en sus propias palabras, «Mesas llenas de cerveza derramada y ceniceros rebosantes de colillas». Y ante esa inquietante visión, ¿qué hizo Jeremy Irons?

Jeremy Irons, protagonista de una de las rarezas más divertidas de Hollywood.
Jeremy Irons leyendo tranquilo… porque el sofá está limpio.

El actor, conocido entre otras cosas por su pulcritud, dejó su libro y, como reveló en su momento «The Irish Times», se acercó a un carrito de limpieza y se puso a limpiarlo todo con el esmero y la disciplina de un Roomba. Otras estrellas de Hollywood no sabrían ni coger una escoba, pero Irons no pudo estarse quieto. «Cuando acabé me sentí mucho mejor», dijo. Seguro que los demás pasajeros también. Pero imaginen su sorpresa al ver a un astro de Hollywood, ganador del Oscar, ¡limpiando un espacio público armado con balleta y jabón!

24 / Demi Moore siguió un tratamiento de belleza con sanguijuelas

Lo confesó ella misma, hace ya casi 20 años, en el programa de entrevistas de David Letterman. Buscando siempre el último grito en terapias de belleza, Demi gritó (pero de verdad) cuando fue a una clínica de Austria y allí le pusieron hasta 4 sanguijuelas, explicándole que liberan «una enzima especial que limpia la sangre de toxinas».

Demi Moore en "Striptease".
Demi Moore y sus sanguijue…perdón: y sus lentejuelas.

Al final, lo que de verdad limpiaron esas sanguijuelas fue la cartera de la actriz, porque la terapia le costó varios miles de dólares, y encima dijo sentirse «decepcionada por los resultados»… aunque también aliviada porque, según le explicaron, eran «sanguijuelas criadas en laboratorio y especialmente entrenadas para esa labor». A lo que David Letterman, siempre incisivo, respondió: «Sí, seguro que fueron a la facultad de Medicina».

23 / Shirley MacLaine cree que su exmarido era el clon de un astronauta.

Tal cual. Lo ha contado la propia hija de Shirley MacLaine, Sachi Parker, en su autobiografía. Y ya se sabía que la actriz de «El apartamento» cree en reencarnaciones y vidas pasadas, en «poltergeist» y en que vivimos bajo una conspiración extraterrestre para conquistar el mundo. Pero es que además, MacLaine llegó a creer que su marido, Steve Parker, no era realmente su marido, sino… un clon de un astronauta llamado Paul que estaba de viaje interestelar. Y mientras el tal Paul estaba en el espacio, su clon en la Tierra se ocupaba de financiar el viaje. Razón por la que Shirley MacLaine le daba 60.000 dólares al mes.

Shirley MacLaine con su esposo y su hija.
Shirley MacLaine, su hija y el clon de Paul. O sea, Steve Parker.

La verdad, como casi siempre, es mucho más prosaica que la imaginativa creencia de Shirley MacLaine. Su marido presumía de empresario, pero en realidad era un notorio vividor y cazafortunas. Y en aquella época, tenía una amante japonesa a la que le concedía todos los caprichos, con el dinero de Shirley. Por esa razón el adúltero esposo le pedía mensualmente tanto dinero a la actriz.

¿Y qué excusa se inventó? Que era un clon de un astronauta que blablablá. Como excusa no es muy buena, pero que Shirley tragara está sin duda entre las rarezas más divertidas de Hollywood… y también entre las más tristes.

22 / Eddie Murphy hizo cambiar todo un plan de rodaje por miedo a una profecía de Nostradamus

En febrero de 1988, Eddie Murphy estaba rodando «El príncipe de Zamunda» en Los Ángeles, tras haber completado los exteriores neoyorquinos. Se encontraba entonces en el pico de su fama… y por eso nadie le mandó a paseo cuando anunció que, aquel fin de semana, no iba a cumplir el plan de rodaje. Les tocaba rodar una de las escenas más importantes del film (la fiesta en la casa de su futuro suegro), pero Murphy se negó, con una excusa verdaderamente apocalíptica: precisamente el sábado estaba previsto un devastador terremoto en California, que hundiría bajo el mar toda la ciudad de Los Ángeles. ¿La fuente? Nostradamus.

Eddie Murphy y Arsenio Hall en "El príncipe de Zamunda".
Eddie Murphy y Arsenio Hall en «El príncipe de Zamunda».

Resulta que Eddie Murphy acababa de ver un documental de televisión, presentado por Orson Welles, que afirmaba que el mítico Nostradamus había predicho la hecatombe angelina precisamente ese fin de semana. El director de «El príncipe de Zamunda», John Landis, tuvo que aguantarse las ganas de darle un colleja a su estrella, y no le quedó otra que reestructurar el rodaje entero. Rodó a toda prisa un montón de primeros planos de Eddie Murphy antes del jueves por la noche; esa misma madrugada Murphy cogió un vuelo a Nueva York, y Landis rodó el resto de la escena con los otros intérpretes. Luego lo editaron todo como pudieron… y coló.

Orson Welles en el documental sobre Nostradamus.
Orson Welles presentando el documental sobre Nostradamus

¿Y la profecía? Como era de esperar, llegó el sábado y no ocurrió nada. El mundo siguió dando vueltas y Los Ángeles no se hundió bajo el océano. Pero el miedo de Murphy dio pie a una de las rarezas más divertidas de Hollywood… aunque seguro que a John Landis no le divirtió tanto.

21 / Jonah Hill esnifó vitamina D hasta ser hospitalizado por sobredosis

El bueno de Jonah Hill empezó en el cine con comedias tontorronas como «Supersalidos», pero su talento va mucho más allá. Y lo ha demostrado, por ejemplo, encarnando al hijo de Meryl Streep en «No mires arriba», o logrando ser nominado al Oscar de mejor actor secundario por «El lobo de Wall Street», de Martin Scorsese. Y fue su trabajo en este film lo que le llevó a ser hospitalizado 3 semanas por esnifar vitamina D como una aspiradora. Aunque hay una razón para esta vitamínica rareza.

Leonardo DiCaprio y Jonah Hill en "El lobo de Wall Street".
Leonardo DiCaprio y Jonah Hill, hasta arriba de vitamina D en «El lobo de Wall Street».

Los personajes de «El lobo de Wall Street» se pasan la película esnifando cocaína como si no hubiera un mañana. Y por mucho que Leonardo DiCaprio y Jonah Hill parezcan actores del método, no esnifaron «coca» de verdad. Lo que usaron en plató, en sustitución de la «coca», fue vitamina D, que en principio es totalmente inocua. El problema es que «El lobo de Wall Street» dura 3 horas y tardaron 7 meses en filmarla… en los que Jonah y compañía se metieron vitaminas por la nariz todos-y-cada-uno-de-los-días-de-rodaje. El resultado fue, para Jonah Hill, una gravísima bronquitis aguda y una hospitalización de urgencia.

A DiCaprio, curiosamente, no le pasó nada. Quién sabe, quizá es que está más acostumbrado…

20 / James Franco pinta, esculpe y vende «Arte Invisible»

Y lleva ya unos años haciéndolo. Su «arte invisible» consiste, básicamente, en cuadros, esculturas o instalaciones que ya han sido imaginadas pero aún no han sido realizadas (o jamás lo serán). Lo que ofrece James Franco son tarjetas explicativas de cómo sería la obra si se hubiera hecho. Por ejemplo, la tarjeta del cuadro llamado «Aire fresco» explica que ese cuadro (inexistente) te permite sentir el aire puro a tu alrededor (imaginándotelo), con la ventaja de que puedes llevarte la pintura a cualquier parte (porque no existe).

James Franco ofreciendo "Arte Invisible".
James Franco expone,a la izquierda, uno de sus cuadros invisibles. Y no es un chiste de pie de foto.

James Franco ha fundado incluso el «MoNA» o «Museum Of Non-existent Art»: un museo virtual (cómo no) que permite comprar por internet las piezas de arte invisible. En la práctica, sus tarjetas. En algunas llegan a explicar cómo hay que exponer las obras en el salón de tu casa, para sacarles el máximo partido. Ante todo esto sólo caben dos posturas: A, el pobre James Franco está como una chota, o bien B, el actor tiene más cara que espalda y sus clientes son idiotas. En «Sesión Doble» no descartamos que la verdadera respuesta sea C: que A y B son correctas.

19 / Michelle Pfeiffer creyó durante un tiempo que podía alimentarse sólo con aire y luz del sol

Fue al comienzo de su carrera, cuando la guapísima Michelle acababa de llegar a Los Ángeles soñando con ser actriz, con nada más en su currículum que el título de Miss Orange County 1978. Sin conocer a nadie en la Meca del Cine, trabó amistad con unos vecinos que decían ser «entrenadores personales», especializados en dietas vegetarianas bajas en grasas. Tan bajas… que acabaron convenciendo a la actriz de que podía vivir del aire y del Sol. Como las plantas.

Michelle Pfeiffer, como Miss Orange County, en el concurso de Miss California 1978.

Al final resultó que sus vecinos no eran unos «hippies» simpáticos sino los líderes de una secta conocida como «Los Respiracionistas». Que por méritos propios, ocupa un lugar destacado en la lista de las sectas más peligrosas de Hollywood. Empezaban quitándote la comida y acababan (como todas) quitándote la cartera.

Michelle logró dejar la secta porque su novio de entonces (y posterior exmarido) Peter Horton, estaba preparando una película sobre la secta Moon, y detectó enseguida sus peligrosas semejanzas con los Respiracionistas. Aunque también es verdad que no hacía falta ser un lince.

18 / Tom Hanks colecciona máquinas de escribir de todos los tiempos

De todos los tiempos… de antaño, se entiende, porque seguro que ya no las usa ni Jessica Fletcher. Sin embargo, el protagonista de «Forrest Gump» es un enamorado de las máquinas de escribir, de su sonido, de su olor, de las tipografías que manejan y del tacto de sus teclas bajo las yemas de los dedos. A otros les gusta el látex y la cera caliente; a Tom Hanks le van las máquinas de escribir.

Tom Hanks con sus máquinas de escribir.
Tom Hanks con sus máquinas de escribir.

El bueno de Tom tiene en su casa más de 250 máquinas de escribir. Escribe con ellas al menos una vez al día, escribiendo cada día con una máquina distinta. Llegó incluso a escribir un libro de cuentos, imponiéndose el reto personal (y cumpliéndolo) de escribir cada cuento con una máquina diferente. Y afirma, como remate, que «no hay nada más relajante que el sonido de esas máquinas al pulsar sus teclas». Algunos dirán que, más que raro, Tom Hanks es directamente tonto. Pero nosotros no, porque ya sabemos que «tonto es el que hace tonterías»… y amar objetos antiguos no es ninguna tontería.

17 / Shirley Temple fue investigada por el Vaticano para ver si era una enana disfrazada

Sin duda es una de las rarezas más divertidas de Hollywood. Aunque, siendo precisos, habría que atribuírsela al Vaticano, y no a Shirley Temple. Pero lo cierto es Temple, famosísima estrella infantil de los años 30, fue puesto bajo la sombra de la duda por aquellos que no podían creer en un éxito tan temprano. Con sólo 6 años de edad, la chica cantaba y bailaba más que bien, y rodaba películas (una tras otra) que invariablemente barrían en taquilla. Y por lo asombroso de su éxito se divulgó el rumor de que Shirley, en realidad, «era una mujer de 37 años disfrazada y con acondroplasia». O sea: con enanismo.

Shirley Temple, objeto de una investigación que fue, en sí misma, una de las rarezas más divertidas de Hollywood.
Shirley Temple: ni adulta, ni enana.

Como suele ocurrir, el rumor se originó en la prensa sensacionalista, de ahí saltó a los corrillos y conversaciones, y finalmente adquirió tal relevancia que el mismísimo Vaticano envió a Estados Unidos a su propio investigador, el padre Silvio Massante, para que desvelara la verdad sobre Shirley Temple. Sus conclusiones desilusionarían hoy en día a los investigadores de lo paranormal, porque Massante descubrió, oh sorpresa, que aquella niña era una niña.

Años más tarde, Shirley Temple se convirtió en la primera Embajadora Especial de las Naciones Unidas. Y embarcada en su nueva ocupación, mandó a Hollywood a paseo, para siempre. Normal.

16 / Brad Pitt nunca usa jabón

Y eso que lo fabricaba en «El club de la lucha», y llegaba a un pronunciar una frase que muchos suscribirían: «La civilización se mide por su consumo». Pero lo cierto es que, en la vida real, el bueno de Brad está en contra del uso de productos cosméticos porque «Envejecen la piel prematuramente». Por eso, dice, nunca se ducha con jabón.

Brad Pitt en una imagen promocional (con jabón) de "El club de la lucha".
Menos venderlo y más usarlo, Brad.

En vez de jabones químicos, este «sex symbol» de metro 80, ojos azules y pelo rubio natural ha estado utilizando, durante años, una mezcla que él mismo preparaba a mano con vinagre, limones y sidra. Aunque dicen las malas lenguas que no era una mezcla demasiado efectiva. En cualquier caso, la usó sobre todo (al parecer) durante su relación con Angelina Jolie. Ahora que vuelve a estar soltero y en el mercado, y sin una esposa que le aguante las manías, algo nos dice que Brad Pitt ha dejado los limones y el vinagre para las ensaladas.

15 / Greta Garbo era una fanática de las «dietas milagro»

La estrella de «Ninotchka» y «Gran Hotel» se apuntaba a cualquier dieta, cuanto más extraña mejor, que prometiera la eterna juventud. Durante meses se alimentó exclusivamente con una pasta de levadura cruda con suero de leche (lo que algunos llamarían «engrudo»). Más tarde se consagró a comer sólo espinacas, a todas horas. Y casi todas esas dietas fueron sugeridas a Greta Garbo por el entonces célebre Gayelord Hauser: un autoproclamado «gurú» de la alimentación, con el que Garbo tuvo tanta amistad que durante un tiempo vivieron juntos.

Greta Garbo cocinando en "Ninotchka".
Seguro que está delicioso, Greta, pero no insistas: hoy ya hemos comido.

Lo malo fue que, por sus peculiares menús, Greta Garbo sufría con frecuencia dolores de estómago, anemias galopantes o flatulencias estruendosas. No sabemos si podía o no competir con Brad Pitt en malos olores, pero una cosa está clara: a Garbo le llamaron, en su etapa de máximo esplendor, «La mujer que nunca ríe». Con esa dieta, no nos extraña.

14 / El siempre elegante Cary Grant fue adicto al LSD

Fue el paradigman de la elegancia en «Con la muerte en los talones», en «Atrapa a un ladrón» o en «Charada»: el hombre al que nunca se le arrugaba el traje, por más azarosas que fueran sus aventuras. Pero en la vida, fue un verdadero adicto al LSD, que tomó ácidos todos los días durante 3 largos años. Él lo llamaba «Mi hora del té».

Cary Grant tomando una pastilla.
Cary Grant: «A ver qué sabe esta pastilla…».

Conviene señalar que, en los años 50, el LSD no era visto como una droga lisérgica de «hippies» y tirados, sino como el medicamento de moda que podía abrirte «las puertas de la percepción». Aldous Huxley lo probó, y la inocente Debbie Reynolds también… aunque ella, por consejo de Cary Grant.

El astro británico había tenido una infancia terrible: creció en la extrema pobreza, convencido de que su madre había muerto hasta que descubrió que su padre la había metido en un manicomio sin decírselo a nadie. Y parece que el LSD le ayudó, ciertamente, a penetrar en su subconsciente y a «matar» ciertos fantasmas. Pero también le sumió en conductas paranoicas y accesos de violencia cada vez más peligrosos.

Otro efecto secundario, casi nunca revelado, del LSD, es que podía hacer perder el control de esfínteres. Más de una vez, el «glamouroso» Cary Grant regresó de sus viajes de ácido con los pantalones manchados por completo. Algo nos dice que esa parte no se la contó a Debbie Reynolds.

13 / Fran Drescher cree que fue abducida por extraterrestres

La estrella de la telecomedia «La niñera» podría protagonizar otra teleserie con lo que dice que le pasó en la vida real. Los hechos comprobables es que ella tiene una cicatriz en la mano. Y para explicarla, tiene la teoría de que en su juventud fue abducida por un platillo volante y le pusieron un chip subcutáneo en esa mano, no sin antes someterla a toda clase de experimentos sexuales. De acuerdo: eso explicaría la cicatriz… y su singular forma de vestir (ver vídeo). Pero hay algo todavía más asombroso: Drescher conoció a un hombre con una cicatriz idéntica y, asombrada ante la casualidad, se casó con él.

Fran Drescher, siempre «sexy» en «La niñera».

Ese hombre era el productor Peter Jacobson; Fran Drescher y él estuvieron 21 años casados y, a día de hoy, siguen siendo muy buenos amigos. Eso sí: Jacobson no comparte las teorías de su exmujer, ni considera que la cicatriz en la mano sea señal inequívoca de nada. Pero qué sabrá él.

12 / James Stewart fue investigado por tráfico internacional de reliquias

En la pantalla fue casi siempre el bueno de la película, el hombre recto sin tacha, la encarnación del americano medio (al menos, de la forma en que el americano medio se veía a sí mismo). Así era, o parecía, el gran James Stewart. Pero en la vida real, el protagonista de «Vértigo» y de «El hombre de Laramie» fue investigado por trasladar desde el Nepal hasta Inglaterra nada menos que la mano de un Yeti: el «Abominable Hombre de las Nieves».

James Stewart y el Yeti (dramatización).
James Stewart (a la izquierda).

Ocurrió en 1957, cuando Stewart estaba en la India con su esposa, por el rodaje de una película. A través de un amigo común, se puso en contacto con Stewart un hombre que le ofreció dinero fácil a cambio de algo sencillo. Sólo debía transportar en su equipaje una reliquia que aquel hombre había robado en un monasterio budista, y llevarla hasta Occidente con la aparente seguridad de que, hey, ¿quién va a sospechar de James Stewart?

Pero sí que sospecharon. En la aduana de Londres la policía le paró, y encontraron lo que parecía ser la mano momificada de un Yeti escondida entre la ropa interior de la señora Stewart. No obstante, estudios posteriores determinaron que era una falsificación… tan falsa como la imagen de tipo intachable que tenía James Stewart: un hombre capaz de meter un objeto sospechoso en la maleta de su mujer, por un puñado de dólares.

11 / Gary Busey esnifaba cocaína sobre la espalda de su perro

Ojalá hubiera sido vitamina D, pero qué va: el antaño famoso Gary Busey confesó en una entrevista, con toda naturalidad, que le gustaba preparar rayas de cocaína sobre la espalda de su perro. Podría haber utilizado una mesa, que no tiene pelo y no se mueve, pero por alguna razón Busey prefería a su perro. Y ojo: estamos hablando de un hombre que fue nominado al Oscar de mejor actor principal por «La historia de Buddy Holly» en 1978, y que brilló encarnando al malo malísimo de «Arma letal», en 1987. Pero todo cambió para él en 1988.

Gary Busey con un perro (sin cocaína... en esta ocasión).
Gary Busey: mejor no dejes que tu perro se le acerque.

Aquel año, Gary Busey sufrió un accidente de moto que le dejó clínicamente muerto durante varios minutos. Salvó su vida de milagro, pero quedó para siempre con una lesión cerebral que no le impide hablar o trabajar… pero que ha borrado de su mente toda clase de filtros: el actor dice (y hace) siempre lo primero que se le pasa por la cabeza, sin pensar en las consecuencias. Eso explicaría su entrada en el «Gran Hermano VIP» británico, o las películas que rueda hoy en día, o lo que hacía con su perro.

Pero también dicen, los que le conocen, que lo de la moto es la excusa perfecta para justificar lo que siempre ha sido: un tío raro de narices.

10 / Humphrey Bogart fue modelo infantil en potitos de bebé

El tipo duro de «Casablanca», de «La Reina de África», de «El último refugio»… tiene un pasado oscuro que pone en solfa su rocosa imagen fílmica: ¡fue modelo infantil en etiquetas de comida para bebés! Aunque, para ser justos, tan ignominioso delito no fue culpa suya sino de su madre, Maude Humphrey, que era ilustradora (muy cotizada, en su día) y que lo utilizó para dibujar a los niños rubicundos que aparecían en las etiquetas de «Mellin’s Food»: la más popular de las marcas de alimentos para bebés, a comienzos del siglo XX.

Quizá para compensar, el joven Bogart se forjó como «duro» alistándose en la Marina para luchar en la Primera Guerra Mundial. Sirvió a bordo de un barco de suministros, el «USS Leviathan», y sobrevivió a un ataque con torpedos de submarinos alemanes, que a punto estuvieron de hundirle. La explosión de uno de los torpedos le dejó para siempre una cicatriz en el labio… que en realidad le vino bien en su carrera, porque subrayaba su expresión «gangsteril». Pero, ¿qué le habrían dicho en «Casablanca» si se llega a descubrir su vergonzante pasado como modelo de potitos? Seguro que Ingrid Bergman se habría subido al avión con Viktor Laszlo.

9 / Arnold Schwarzenegger fue derrotado en un casting en el que sólo había que lucir músculo

Con una estatura de metro 88, y tras haber ganado 5 veces el título de Mister Universo y 7 veces el de Mister Olimpia, el joven Arnold Schwarzenegger se las prometía muy felices cuando se presentó al casting para el papel principal de una teleserie que haría historia: «El increíble Hulk».

En aquel entonces, los efectos digitales de «Los Vengadores» no estaban siquiera en la imaginación de nadie, así que la única forma de dar vida a La Masa en la pantalla era contratar a un tío muy cachas y pintarlo de verde. Arnold no había rodado todavía «Conan el Bárbaro», pero aún así ya tenía cierta fama y no había mejor culturista que él. Por eso pensaba que el casting sería pan comido…

Una imagen de la teleserie "El increíble Hulk".
«El increíble Hulk»: el papel que no consiguió Arnold Schwarzenegger.

…pero se equivocó. A la hora de la verdad, fue derrotado. Con todos sus músculos, ¡le vencieron en un casting en el que sólo había que lucir músculos! Y como todos sus diálogos serían gruñidos, ¡ni siquiera se notaría su acento austríaco! Fue, en aquel momento, la mayor humillación de su vida. ¿Y sabéis quién le venció?

Arnold Schwarzenegger frente a Lou Ferrigno en una competición de culturismo.
A la izquierda, Arnold Schwarzenegger. Con él, Lou Ferrigno. El del traje no, el otro.

La victoria, en aquella ocasión, fue para Lou Ferrigno: otro culturista, al que Arnold Schwarzenegger se había enfrentado en infinidad de ocasiones, ganándole casi siempre. Ferrigno había logrado 2 veces el título de Mister Universo, antes que el austríaco… pero entonces llegó Arnold y, al menos en el culturismo, se acabó para siempre el reinado de «Lou, el Breve».

No obstante, en el casting de «Hulk», Lou Ferrigno tenía una ventaja: medía metro 93, cinco centímetros más que Arnold Schwarzenegger. Esa fue la razón principal por la que le ficharon para la serie… haciendo que Arnold tuviera que esperar un poco más para su salto al estrellato.

8 / Javier Bardem encarnó a Superman, al comienzo de su carrera

¿Fue el doble de Henry Cavill en «El hombre de acero»? ¿El verdadero actor en la sombra (lo sentimos, Brandon Routh) en «Superman Returns»? No: Javier Bardem encarnó a un Supermán muy especial, castizo y con problemas de vuelo… en el programa matinal que tuvo, en su día, el periodista Pepe Navarro. Fue antes de que Javier Bardem triunfara como actor, con poco más de 20 años, cuando tenía que aceptar cualquier trabajo para llegar a fin de mes. Seguro que, en aquel entonces, ni él mismo imaginaba que acabaría ganando el Oscar. Dentro vídeo:

Seguro que los hermanos Coen no vieron este vídeo cuando contrataron a Javier.

En esa misma etapa de su vida trabajó como obrero de la construcción, guardia de seguridad, camarero, ayudante de pastelería y «stripper» (una sola noche, en una discoteca a la que acudió como espectadora su propia madre, Pilar Bardem). Después llegarían sus primeras oportunidades como actor, de la mano de Bigas Luna, en «Las edades de Lulú» y «Jamón jamón». Y mucho más tarde, el Oscar con los hermanos Coen en «No es país para viejos». Y hablando del Oscar…

7 / Björk puso huevos en la alfombra roja de los Oscar

La cantante y actriz ocasional Björk deslumbró al mundo, de la mano de Lars Von Trier, en «Bailar en la oscuridad». La islandesa protagonizó ese peculiar musical y compuso sus canciones, y por una de ellas fue nominada al Oscar de mejor canción original. Pero una no se hace famosa en todo el globo por su estilo singular, para luego plantarse en la alfombra roja como una más. No: Björk convirtió su paso por la alfombra en toda una «performance».

Björk vestida de cisne.
Björk con su vestido de cisne poniendo un huevo. Lo normal con un cisne.

Para empezar, acudió a la gente con el legendario «vestido cisne» que vemos sobre estas líneas, del diseñador serbio Marjan Pejoski, y calificado a menudo como el peor vestido de toda la historia de los Oscar. Pero es que además, y ya que iba de cisne, la artista estuvo poniendo huevos a lo largo de la alfombra roja. Los dejaba caer desde su vestido, poco a poco, con una cuerda, y una vez puesto se alejaba. Y ella misma recuerda, entre risas, que los guardias de seguridad los recogían del suelo y se los devolvían, azoradísimos, dándoselos con estas palabras: «Disculpe, señorita, se le ha caido esto».

Se puede discutir lo que se quiera sobre el nivel artístico de la «performance» de Björk, y ponerle la etiqueta que cada uno considere. Pero una cosa es indudable: como piezas artísticas, por lo menos los huevos de Björk eran perfectamente visibles. No como los de James Franco.

6 / Anne Heche se coló en casa de un extraño diciendo que era la hermana de Jesucristo

La actriz de «Seis días y siete noches» fue una estrella durante, más o menos, 6 o 7 minutos. El tiempo que pasó entre su contrato para este film, y el descubrimiento global de que era bisexual, y novia en ese momento de Ellen DeGeneres. Eran otros tiempos, y hoy en día no se desataría ningún escándalo por ello (o eso nos gusta pensar), pero en aquel entonces fue una debacle para la carrera de la actriz. Y hundida en todos los sentidos, Anne Heche respondió con una rareza descomunal.

Poster de "Seis días y siete noches".
Anne Hecho junto a Harrison Ford, en sus 7 minutos de fama.

El 19 de agosto del año 2000, Heche circuló en coche desde su casa en Los Ángeles hasta la localidad de Fresno. También en California, pero a 400 kilómetros de distancia. Después se bajó del coche en ropa interior, caminó 3 kilómetros por un bosque en plena noche, se topó con la casa de un desconocido, entró en ella y se sentó en el sofá a ver la televisión. Cuando apareció el propietario, le dijo que ella era «la hermanastra de Cristo» y que le llevaría al Cielo «en su nave espacial».

La ambulancia no tardó en llegar. Años después, Heche reconoció que aquella noche había mezclado alcohol, drogas y fármacos. Y que sus disparates teológicos eran, realmente, la válvula de escape a sus traumas infantiles. Cuando era niña, su propio padre la había sometido a abusos sexuales. Y en el Universo Alternativo al que escapaba en su imaginación, el parentesco con Cristo y la nave espacial tenían todo el sentido del mundo. Hoy, por suerte, Anne Heche está plenamente recuperada.

5 / Halle Berry fue salvada de morir ahogada por el mismísimo James Bond

He aquí una rareza en pareja, que a Halle Berry sólo le parece divertida ahora cuando la cuenta, y no entonces cuando la vivió. La actriz estaba en Cádiz rodando la escena en que conoce a Pierce Brosnan, en «Muere otro día» (la última película de Brosnan como Bond), cuando tuvo un accidente por «pasarse» de sexy. Halle tenía delante una mesa con varios alimentos, y mientras recitaba sus diálogos cogió un higo y empezó a comérselo, de forma pretendidamente «sensual».

Y en ese inoportuno momento, se atragantó.

Pierce Brosnan y Halle Berry en el plató de "Muere otro día".
Berry, Brosnan y Heimlich: el trío más feliz de Cádiz.

No tuvo nada de gracioso: en aquel instante se estaba asfixiando de verdad, con su vida pendiendo de un hilo. El trozo de higo se le atascó en la tráquea, y la actriz no podía respirar, ante la mirada atónita del resto del equipo. Pero no hizo falta llamar a una ambulancia porque, al fin y al cabo, allí mismo tenían a James Bond.

Y es que Pierce Brosnan, tan ágil y oportuno como el propio 007, cogió a Halle por la espalda y le hizo perfectamente la maniobra Heimlich. En un instante, el trozo de higo salió disparado y la actriz se salvó de la muerte. ¡Y le salvó el mismo 007! En esta ocasión, con licencia para practicar primeros auxilios.

4 / Courteney Cox debutó como actriz en un mítico videoclip de Bruce Springsteen.

Hoy se la conoce por ser la chica que interpretó a Monica Geller, la hermana de Ross: la morena de las actrices de «Friends» y, al menos en la ficción, la más limpia de todas (seguro que haría buenas migas con Jeremy Irons). Pero hubo un tiempo en que a Courteney Cox nadie la conocía, y no era más que una modelo de cara bonita y ojos azules, sin demasiadas ambiciones en el mundo del espectáculo. Hasta que el «Boss» se cruzó con ella, y la hizo protagonista de uno de sus más famosos videoclips: «Dancing in the dark».

Bruce Springsteen, bailando en la oscuridad con Courteney Cox.

Corría el año 1986, Bruce Springsteen estaba en el apogeo de su fama, y grabó un excelente videoclip, dirigido por nada menos que Brian DePalma, que simulaba un concierto en directo. A mitad de canción, Bruce se fijaba en una espectadora y la subía al escenario para bailar juntos. Y esa espectadora, lo que son las cosas, no era otra que Courtney Cox. Fue su primer trabajo como «actriz», y desde entonces encadenó sin parar un papel tras otro. Y con los años, su colaboración con el «Boss» quedó casi olvidada… hasta renacer, hoy en día, como una de las rarezas más divertidas de Hollywood.

3 / Randy Quaid es víctima de una conspiración por parte de una peligrosa sociedad secreta

O al menos, eso dice él. Pero algunos se estarán preguntando: ¿quién demonios es Randy Quaid? Es el hermano mayor de Dennis Quaid, y tiene un papel que sobresale por encima de los demás, en sus últimos 30 años de carrera: el del piloto de «Independence Day» que estrellaba su avión contra un platillo volante, iniciando así la «remontada» de los humanos en su lucha contra los extraterrestres.

Y seamos sinceros: cuando ése es tu mejor papel en 30 años, es que algo no va bien en tu vida. Pero Randy Quaid tiene muy claro que la culpa es de los «Star Whackers».

Randy Quaid, antes y después.
Randy Quaid, antes y después de los «Star Whacker» (tampoco es que antes estuviera mucho mejor).

Dicen Randy Quaid y su esposa que los «Star Whacker» son una sociedad secreta de abogados y críticos que están detrás de la muerte de Heath Ledger y de otras estrellas, responsables también del fin de la carrera de Mel Gibson (como si Gibson no se bastara él solo para hundirse). Siempre según Quaid, los «Star Whackers» tienen a todo Hollywood bajo su yugo, y sólo unos pocos valientes como él se atreven a plantarles cara. La explicación de todo ésto se resume en dos palabras: psicosis paranoica.

El pobre Randy llegó a ser nominado al Oscar de mejor actor secundario por «El último deber». Pero tras «Independence Day» se le fueron acumulando las acusaciones de abuso de autoridad en los platós, comportamientos violentos o conducta impropia, como cuando se presentó a los ensayos de una obra de Shakespeare disfrazado de pene gigante, y empeñando en interpretarla ante el público de esa misma guisa. Como cualquiera menos él podía imaginar, le despidieron de la obra.

Sin ingresos conocidos, fue acumulando impagos en tiendas y hoteles, puso en venta su casa y justo antes de venderla la «okupó» y vandalizó durante 4 días hasta dejarla hecha una ruina… y al final, acabó pidiendo asilo político en Canadá. No se lo concedieron. ¡Malditos «Star Whackers»!

2 / Nicolas Cage tuvo un pulpo como profesor de interpretación

El segundo puesto en el pódium de raros es para Nicolas Cage, con una lista de rarezas más larga que su galería de caras. ¿Por dónde empezar? Coleccionaba cabezas de dinosaurios, pujó con Leonardo DiCaprio por la compra de un meteorito, bautizó a su hijo con el nombre de Kal – El (el nombre verdadero de Supermán, allá en el planeta Krypton) y tiene ya preparada una tumba para él, un mausoleo en realidad, en el cementerio de Nueva Orleans… con forma de pirámide. Pero lo más raro, sin duda alguna, es lo del pulpo.

Grandes momentos de Nicolas Cage. Su pulpo estaría orgulloso.

El propio Nicolas Cage ha contado que compró un pulpo para utilizarlo como profesor de interpretación. Así, como lo oyen. Dice Cage que le costó 150.000 dólares, porque es de una especie bastante extraña, y que analiza sus gestos y comportamientos para aplicarlos a sus personajes. Eso daría sentido a las interpretaciones a las que nos tiene acostumbrados (ver vídeo, arriba) y explicaría, por ejemplo, que para rodar «Besos de vampiro» el bueno de Nicolas juzgara necesario comerse un par de cucarachas vivas. Pero nos queda la duda de si el pulpo es de la escuela del Actor’s Studio o más bien de la Juilliard School. Nic, por favor, pregúntaselo de nuestra parte.

1 / El líder indiscutible de las rarezas más divertidas: Tom Cruise en casi cualquier faceta de su vida

Decíamos al principio que, con todas las rarezas que hay en Hollywood, Tom Cruise puede llegar a parecer casi normal… pero qué va: el líder de la Cienciología sigue venciendo a todos en la carrera por ver quién es la estrella más rara de Hollywood. En una ciudad llena de perros verdes, él es un galgo esmeralda.

Y eso que, seguramente, el rumor de que come placentas no es más que eso: un simple rumor. Pero el mero hecho de que surgiera esa historia, y de que la gente se la creyera, da una idea del nivel de rareza al que estamos acostumbrados con Tom Cruise. ¡Sobre todo desde que saltó en el sofá de Oprah Winfrey!

Tom Cruise con Oprah en el sofá.
El sofá de Oprah: aquí empezó todo.

Lo de las placentas surgió cuando su ex, Katie Holmes, estaba a punto de dar a luz a la única hija biológica de Tom, Suri Cruise. Se dijo que la Cienciología promovía la ingesta de placentas tras el parto, como forma de completar el «ritual de vida»… pero no hay ni una sola prueba de ello. Aunque sí está demostrado, por ejemplo, que Tom Cruise compró una máquina para hacer ecografías y que la instaló en su propia casa, empeñado en hacer ecografías a Katie TODOS LOS DÍAS. Querida Kate: a lo mejor no te divorciaste lo bastante pronto.

Katie Holmes con Tom Cruise.
Katie Holmes mirando cómo se aleja su carrera.

Además, también se sabe que Tom usa, como tratamiento de belleza anti-edad, una mascarilla elaborada principalmente con excrementos de ruiseñor. Se supone que tales heces liberan una enzima especial (mira, como las sanguijuelas de Demi Moore) con enormes cualidades como exfoliante. Pero, sinceramente, ante la caca de ruiseñor como secreto de belleza, nosotros decimos lo mismo que el Ruiseñor de Milán: «Aaaah, me río…».

Tom Cruise, intenso.
Me llamo Tom Cruise y soy un poco intenso.

Y hay más, claro. En pleno plató de «La guerra de los mundos», Tom ordenó instalar una capilla publicitaria de Cienciología (lo que llevó al fin de su amistad con el director de la película, Steven Spielberg). Lo del sofá de Oprah Winfrey es ya tan antológico que sobran las palabras. Y al poco de empezar con Katie Holmes, Tom Cruise le regaló una colección de DVDs… con todas las películas de Tom Cruise. ¿Para poder recitar juntos los diálogos de «Risky Bussiness»?

Lo dicho, Katie: no fuiste lo bastante rápida.

Author

Jon

Habitando esta realidad desde 1986. Puedo parar las balas, pero lo que de verdad me gusta es parar el aburrimiento... con el cine y la televisión. Disfruta con nosotros, opina lo que quieras y critica lo que te parezca. Pero recuerda: ya sé kung-fú

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